El primer paso antes de elegir un producto cosmético es saber cuál es el que más se adecúa a las características de tu piel. Te damos algunas pautas para saber qué tipo de piel tienes…
Piel normal
Es una piel que no requiere de demasiados cuidados, porque tiene buena circulación, tiene apariencia lisa, suave y elástica. A pesar de esto, requiere de humectación y protección, así como de productos específico de limpieza para eliminar impurezas.
Piel seca
El origen de la piel seca puede estar en la deshidratación o en la insuficiente secreción sebácea. Se trata de una piel sensible a las influencias externas y los cambios de temperatura. En este tipo de pieles lo importante es elegir principios activos que favorezcan la retención de agua y garanticen su correcta producción en las capas internas de la epidermis.
Piel grasa
Este tipo de piel se caracteriza porque presenta una secreción sebácea excesiva y una mayor presencia de impurezas. Necesita mayor cuidado en la limpieza para restaurar el balance natural de la piel.
Piel mixta
Combina zonas de piel grasa (normalmente la llamada Zona T, frente, mentón y nariz) con otras de piel seca (las mejillas, por ejemplo). Se trata de un tipo de piel muy común y en la que es importante utilizar productos específicos que incidan tanto en la higiene como en la humectación, especialmente en aquéllas zonas que así lo requieran.
Piel madura
El paso del tiempo está asociado a la desvitalización de nuestra piel. En este tipo de pieles elegiremos productos que nos permitan prevenir la flaccidez y pérdida de elasticidad, las arrugas y la sequedad asociadas al paso del tiempo.